Una vez, Nasrudín y su hijo emprendieron un viaje. Nasrudín prefirió que su hijo viajara en el burro y él ir caminando. En el camino encontraron una gente que dijo:
–¡Miren a ese niño joven y fuerte! ¡Juventud de hoy en día, no tiene respeto por los mayores! ¡El va montado sobre el burro y hace caminar a su pobre padre!
Cuando esas personas quedaron atrás, el chico se sintió muy avergonzado e insistió en que su padre fuera montado sobre el burro. Poco más tarde, se cruzaron con otras personas, que dijeron:
–¡Miren eso! ¡Ese pobre niño tiene que caminar mientras que su padre monta sobre el burro!
Ahora ¿que podían hacer? Decidieron probar la única posibilidad restante: montaron los dos en el burro. Entonces otro grupo se acercó y dijo:
–¡Mirad qué gente tan violenta! El pobre burro está casi muerto.
Cuando hubieron pasado a estas personas Nasrudín dijo a su hijo:
–Creo que lo mejor será que los dos caminemos. Así nadie se quejará. Continuaron su viaje caminando. Poco más tarde se encontraron con otros, que dijeron:
–¡Miren esos tontos! ¡Caminan bajo este sol ardiente y ninguno de ellos monta el burro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario